¿Locura colectiva? ¿Alucinaciones? ¿Máquinas que pertenecen a una de las grandes potencias? ¿O naves extraterrestres que vigilan meticulosamente el desarrollo de nuestro planeta? Aimé Michel, una de las mayores autoridades en la materia, comunica en este libro el resultado de sus investigaciones. Las increíbles hazañas de los Platillos Voladores han preocupado a eminentes académicos y organismos oficiales de los principales países del mundo. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos, así como las de Francia y otros países, mantienen Oficinas de Investigación dedicadas a los Platillos Voladores; sus resultados se mantienen en el más estricto secreto. Sólo en Francia, más de medio millón de testigos oculares han sido interrogados, y la Academia de Medicina de París ha designado a un grupo de científicos para estudiar este sorprendente problema.
También ha habido una fuerte oposición a la realidad de estos fenómenos. Muchos organismos oficiales, sabios, público en general, prefieren negar abiertamente la existencia de los Platillos Voladores, alegando que son cuentos fantásticos. Les convendría recordar a estos espíritus de escepticismo precipitado que a finales del siglo pasado un sabio de la Sorbona demostró, sin espacio para las réplicas, que los aviones nunca volarían porque eran más pesados que el aire. La frase de Teilhard de Chardin, sin embargo, bien podría simbolizar la actitud del ser humano alerta: «Sólo lo fantástico tiene una oportunidad de convertirse en realidad.