¿Sería capaz de descifrar una emisión extraterrestre? El periódico Arecent afirma que un cometa fue la fuente de la famosa señal de Wow! de SETI en 1977, lo que ha generado una avalancha de críticas científicas. Después de escribir sobre la controversia la semana pasada, me puse en contacto con varias personas con experiencia en ese campo científico, y su respuesta fue bastante clara. Típico fue este comentario de Robert Dixon, director del programa SETI de la Universidad Estatal de Ohio: «Nadie en el campo del que he oído hablar cree que los cometas emiten suficiente radiación de hidrógeno para explicar la señal de Wow! Nadie en el campo cree que la explicación de [Antonio] París sea correcta».
¿Qué significa esto? (1) La ciencia funciona. Todo el mundo puede (y debe) presentar hipótesis, y una vez que éstas se ponen a la luz pública, por lo general a través de la publicación, son evaluadas críticamente por sus pares. Si una hipótesis es correcta, resistirá la prueba del tiempo. Si no, como la mayoría de las hipótesis, será rechazada. Esto último parece ser el caso de la hipótesis de París, pero aún no se ha dicho la última palabra. Hay muchos ejemplos históricos de hipótesis que fueron desmenuzadas por los críticos cuando se presentaron por primera vez, pero que más tarde resultaron ser correctas.
(2) Si, como parece, un cometa no puede explicar la señal de Wow!, no significa que la señal fuera una transmisión de una civilización alienígena. Hay una serie de fuentes naturales que podrían, en principio, explicar la repentina aparición y desaparición de las señales de radio, como las ráfagas rápidas de radio. El telescopio Big Ear de Ohio State podría haber captado la parte trasera de tal emisión.
Otro ejemplo de ciencia en acción -un ejemplo particularmente creativo- es un estudio reciente de René Heller del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Alemania, en el que desafió a la comunidad científicamente inclinada a descifrar un mensaje alienígena simulado que contenía dos millones de dígitos binarios (0 y 1) que publicó en Twitter. Heller proporcionó algunas pistas para ayudar a la gente a resolver el rompecabezas, y después de un mes recibió 66 soluciones correctas de más de 300 respuestas.
De este ejercicio pueden extraerse varias conclusiones. Internet desempeñó un papel importante en el descifrado del mensaje simulado, ya que las personas podían comunicarse entre sí y ayudarse mutuamente, aumentando así el número de personas que podían encontrar la solución correcta. Además, las personas que eran similares en términos de cultura y educación al transmisor (en este caso René Heller) tenían una mayor probabilidad de descifrar el mensaje.
Por supuesto, no habría similitud cultural, o muy poca, entre una civilización alienígena y los humanos. Así que todavía tengo dudas de que podamos descifrar un mensaje extraterrestre si realmente recibimos uno. Incluso si pudiéramos, ¿seríamos capaces de averiguar qué significan realmente las «palabras»? Hay muchos idiomas de antiguas civilizaciones humanas que aún no hemos descubierto! Sin embargo, Heller hace un punto crítico: Para que el mensaje sea descifrable, las imágenes deben incluirse en cualquier transmisión de código binario que vincule símbolos a objetos. Una imagen dice mucho más que mil palabras!
Fuente: Dirk Schulze-Makuch – airspacemag.com
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