Los astrónomos de todo el mundo han estado fascinados durante mucho tiempo por las misteriosas señales de radio que bombardean nuestro planeta desde las profundidades del espacio exterior, con algunos espectadores que las vinculan con una posible inteligencia extraterrestre.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de científicos dirigido por astrónomos del Proyecto de estallidos de radio rápidos del Experimento de Mapeo de la Intensidad del Hidrógeno de Canadá (CHIME/FRB) en Columbia Británica ha descubierto que una misteriosa fuente de radio en una galaxia a unos 500 millones de años luz de nuestro sistema solar está enviando estallidos de radio rápidos como un reloj en ciclos de 16,35 días, incluyendo 1-2 estallidos por hora en un período de cuatro días y luego 12 días de silencio antes de volver a arrancar.
El descubrimiento es importante, porque de las más de 150 ráfagas de radio rápidas registradas por los observatorios con base en la Tierra durante la última década y media, sólo diez de ellas se han repetido, y ninguna tan constante como la fuente discutida en el estudio. Además, sólo un puñado de ellas han sido rastreadas hasta la galaxia de la que proceden.
La misteriosa señal, conocida como FRB 180916.J0158+65 fue descubierta por primera vez en 2017, pero ha continuado repitiéndose de forma constante, aunque a un ritmo unas 600 veces más débil que la primera llamarada brillante. En su estudio, los científicos analizaron 28 estallidos que tuvieron lugar entre septiembre de 2018 y octubre de 2019, confirmando el patrón, y concluyendo con entusiasmo «que esta es la primera periodicidad detectada de cualquier tipo en una fuente de FRB».
El nuevo FRB fue rastreado hasta el SDSS J015800.28+264253.0, una galaxia de formación estelar a unos 500 millones de años luz de la Tierra.
«El descubrimiento de una periodicidad de 16,35 días en una fuente repetitiva de FRB es una importante pista de la naturaleza de este objeto», sugirieron los científicos, proporcionando varias explicaciones posibles de lo que puede estar causando el fenómeno. Una posibilidad es que se trate de un objeto que orbita un sol y que envía señales sólo en un determinado intervalo de su órbita. Alternativamente, podría ser una señal enviada por un sistema estelar binario compuesto por una estrella masiva y una estrella de neutrones superdensa y altamente magnetizada. O podría ser un objeto independiente causado por la rotación o el tambaleo, como una estrella de neutrones altamente magnética.
Y aunque los científicos no lo mencionan, no se descarta que pueda ser una forma de vida alienígena que intente contactar con otras formas de vida en la galaxia. Los científicos humanos han estado fascinados con el concepto de usar ondas de radio para tratar de hacer contacto con la inteligencia extraterrestre desde la década de 1890, y los países han construido una serie de radiotelescopios durante el último siglo para escuchar las ondas de radio extraterrestres entrantes.
Los autores del estudio ahora planean continuar vigilando el objeto emisor de la señal, buscando pistas sobre sus orígenes. Los escaneos del SDSS J015800.28+264253.0 por telescopios de rayos X y radiación de rayos gamma pueden proporcionar más pistas sobre su identidad.
Fuente: sputniknews.com
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